lunes, 21 de diciembre de 2015

La hamaca que se mueve sola







La fuerza invisible que impulsa el misterio de la hamaca movediza de Firmat, en Santa Fe, ha recobrado potencia en una época en la que habitualmente, como lo manifiestan quienes conviven con el extraño fenómeno, la anomalía suele no ser percibida.
 La difusión del programa “Realidad o montaje” que emite la señal Sy Fi avivó una polémica en la que se anotaron vecinos, que insisten en atribuir la manifestación paranormal de las hamacas al fantasma de un niño residente en la zona que falleció trágicamente, y estudiosos como el parapsicólogo Antonio Las Heras, quien en su momento investigó sobre el terreno el fenómeno y arribó a una teoría del efecto generado por una fuerza de origen por ahora desconocido.









En realidad el equipo de la señal de misterio estadounidense llegó a Firmat a hacer un documental sobre el fenómeno pero como precisó el periodista local José Pellegrini, seguramente quien más ha investigado el caso de las hamacas movedizas, “vinieron a desarrollar un guión televisivo, no a hacer una investigación, por lo que las reacciones generadas ante la difusión de ese programa, son algo exageradas”.
“Realidad o Montaje” (“Fact or faked” tal el título original con que sale al aire el ciclo en Estados Unidos), lo que hizo fue desarrollar tres hipótesis posibles para explicar el misterio, tomando como válido el experimento que los llevó a definir que las características físicas de uno de los columpios, el que más se mueve, tenía una conformación diferente al de los otros dos, con lo cual dio por cerrado el caso.
 Los primeros en poner el grito en el cielo al conocer los resultados fueron los vecinos de la plaza Belgrano al advertir que la hamaca en cuestión reemplazó a la que fue parte original de la manifestación paranormal y que fue robada por desconocidos hace unos años.

 Mientras tanto, la hamaca que concentra el enigma de Firmat continúa con su movimiento en una época inusual para la anomalía que no había tenido manifestaciones en octubre ni noviembre, pero captando el interés de los que han hecho de la Plaza Belgrano un epicentro del misterio.






viernes, 18 de diciembre de 2015

La maldición de los gobernadores de la provincia de Buenos Aires

La incapacidad de los gobernadores de Buenos Aires para llegar a la Presidencia

Desde la presidencia de Bartolome Mitre ( Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868 ) no hubo otro presidente que gobernara la provincia de Buenos Aires y luego la República Argentina. El caso más reciente es el de Daniel Scioli (gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 2007-2011 y 2011-2015) que se postulo a Presidente y perdió.

Todo esto comenzó cuando Dardo Rocha (arriba), quiso postularse a Presidente. Dardo Rocha fue uno de los líderes más importantes del Partido Autonomista Nacional (PAN) conducido por Julio A. Roca. Cuando este último finalizó su mandato como presidente de la Nación en 1886, Rocha esperaba ser su sucesor y proclamó su candidatura al cargo pero finalmente fue desplazado por Miguel Juárez Celman (1886-1890)


 A quien no se recuerda es a Adolfo Alsina, gobernador de Buenos Aires entre 1866 y 1868, candidato fallido en 1868 y 1874, que finalmente había logrado el apoyo de las dos grandes partidos (el partido Nacional de Mitre y su propio Partido Autonomista) mediante un pacto en 1877 para alzarse con la presidencia en 1880, solo para morir pocos meses después y dejar el lugar tibio para Roca, el supuesto culpable de la maldición de Dardo Rocha, que tal vez debería llamarse “Maldición de Alsina”.




 Las tribulaciones que está sufriendo el actual gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, han sacado nuevamente a la luz los recuerdos de la famosa “maldición histórica”: ningún ex gobernador de la provincia fue electo como presidente por el voto popular. Importantes antecedentes abundan: desde el siglo XIX con los fracasos de Alsina, Tejedor, Dardo Rocha, hasta el siglo XX con los de Mercante o Duhalde (este llegó a ser presidente, pero sólo por elección del Congreso de acuerdo con lo previsto por la ley de acefalía).